Dia del Inmigrante 3 de junio de 2020
En la
fecha del nacimiento de Manuel Belgrano, prócer e italo-argentino y las
motivaciones que presentó en 1995 el senador Alfredo Avelin, autor del proyecto
que declaró al 3 de Junio como día de homenaje a los italianos en el País.
La Argentina
celebra hoy el Día del Inmigrante Italiano en la Argentina.
Se trata de una ley
del Congreso Nacional, que estableció que el 3 de junio de cada año, se celebre
esta fecha, como homenaje al aporte de la inmigración italiana a la
construcción del País. La fecha elegida coincide con la del nacimiento de
Manuel Belgrano, Padre de la Patria junto a José de San Martín. El creador de
la Bandera Nacional era Domenico Belgrano, llegado de Oneglia en la segunda
mitad de 1700.
Manuel Belgrano
hablaba el dialecto de la tierra de su padre, y se manifestó orgulloso por sus
orígenes
Este año la
Argentina recuerda a este prócer, del que se conmemora el 250º aniversario del
nacimiento, justamente un 3 de junio de 1770 y el 200º aniversario de su
muerte, el 20 de junio de 1820, fecha que en la Argentina se celebra el Día de
la Bandera.
Los motivos para celebrar
al Inmigrante Italiano
En 1995 el senador
por San Juan y ex gobernador de esa provincia, Alfredo Avelin, presentó un
proyecto para que se estableciera una fecha en homenaje a los inmigrantes
italianos que con su trabajo, su ingenio, su tesón y su amor por esta tierra,
contribuyeron de manera determinante, no sólo a su crecimiento, sino a su misma
identidad cultural.
Siempre se dijo que
casi todos los argentinos tenemos algo de sangre italiana en nuestras venas. No
era el caso del senador Avelin, cuyos ancestros eran sirio-libaneses. Sin
embargo, estudioso de la historia argentina, el senador, fallecido hace casi
diez años, conocía la importancia del aporte italiano.
Lo expresó en la
declaración de motivos de su proyecto para celebrar al Inmigrante Italiano, que
aquí reproducimos.
Señor presidente:
El objetivo de este
proyecto es reconocer la deuda de gratitud de la Argentina a la colectividad
Italiana en el país, que representa el grupo constitutivo más numeroso
de nuestra
nacionalidad.
La presencia de los
italianos en la Argentina ha sido uno de los factores determinantes de la
grandeza del país, pero su significación no ha sido siempre destacada en forma
debida y, por el contrario, su influencia cultural directa ha sido
relativamente mediatizada.
La Inmigración de
los Italianos, a través del tiempo, ha correspondido prevalentemente a gente
trabajadora, alejada de su patria debido a las difíciles condiciones
demográficas
y laborales
existentes en la península desde la segunda mitad del siglo pasado hasta
comienzo del ‘900, adicionada luego por las nuevas corrientes derivadas de la
posguerra.
Estos hechos
históricos y la situación de entonces en Europa, así como de los conflictos
bélicos, generaron sin embargo un beneficio para la Argentina, porque tales
trabajadores hallaron un refugio de paz y trabajo en nuestras tierras donde, en
su mayoría, supieron
prosperar y
contribuir en forma determinante al poblamiento del País y a lo grandeza de la
Nación.
Pero la magnitud de
inmigración globalmente entendida no puede soslayar la importancia de la
presencia italiana en la Argentina desde los albores de la nacionalidad, y
mucho antes todavía si se piensa en la participación esencial que les cupo a
los italianos en toda la era de los descubrimientos.
El general Manuel
Belgrano fue seguramente el más grande entre los primeros descendientes
de italianas en nuestro país que jugara un papel determinante en la época
de la
Independencia: un personaje-símbolo de patriota laborioso y desinteresado,
economista y estadista, además de creador de la bandera nacional argentina.
Es, muy
probablemente, una figura arquetípica entre nuestros próceres y un ejemplo del
aporte de los italianos al destino del país.
En Belgrano
personificamos también la contribución que tantos otros ítalo-argentinos han
hecho y están haciendo en el presente en todos los planos de la vida argentina:
desde lo cultural -en sus múltiples manifestaciones- hasta la ciencia y la
técnica, desde la política hasta la economía, desde la religión a la acción de
gobierno, desde el trabajo hasta el deporte.
Sería larguísimo
tan sólo enumerar a todos aquellos italianos y/o argentinos de ascendencia
italiana que merecen un lugar destacado en el pasado y en el presente de
nuestra patria. Decimos simplemente que no hay ámbito de nuestra vida nacional
donde no exista
subyacente alguna
forma de participación o aporte italiano.
En todo país pueden
identificarse elementos constitutivos y elementos complementarios en lo
conformación de la Nación.
Los primeros son
aquellos sin los cuales el país no tendría los característicos centrales que le
son propias, esta es, sus rasgos definitorios dentro de la nacionalidad;
mientras que los segundos influyen como características complementarios o
accesorios de lo misma.
La sangre italiana,
como la española, son por ello constitutivas de nuestra nacionalidad argentina,
y sin demérito del papel de todos las restantes comunidades que han contribuido
y contribuyen
también a su grandeza, resulta justo destacar este hecho que, aunque
sobreentendido, parece haber estado ausente u omitido en nuestro historia.
El 12 de octubre,
otrora denominado Día de lo Raza, estuvo relacionado originariamente con el
homenaje a los valores de la hispanidad, pero hoy en día parece reducido a
evocar el descubrimiento y está en parte cuestionado por reivindicaciones
–legítimamente planteadas o no- de tipo indigenista, por lo que deviene una
fecha conflictiva, mientras que habilitar
una nueva fecha
destinada a resaltar el valor del aporte italiano a la nacionalidad argentina
no se mezclaría con
dicho problema.
En nuestro país se
ha soslayado siempre este aspecto fundamental en la conformación de su
nacionalidad moderna y, por ende, se ha omitido ver a Italia como nuestra
segunda madre patria, no sólo para los italianos e ítalo-argentinos, sino
también para todos los habitantes de nuestro país que han recibido la impronta
de su influencia latina.
Por todo lo
expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de ley.
Se dice que Jorge Luis Borges afirmó
una vez, que no se sentía realmente argentino porque por sus venas no corría
nada de sangre italiana. Verdad o mito, como expresó el senador Avelin, no hay
ámbito de de la vida argentina donde no exista subyacente alguna forma de
participación o aporte italiano. Ese aporte, es el que hoy se celebra.
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La comunidad
italiana en Argentina
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